viernes, 29 de marzo de 2013

Llevamos un tiempo escuchando que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.

No es cierto. Nosotros, como pareja, siempre hemos vivido de alquiler. No hemos pedido una gran hipoteca. Nunca hemos estado rodeados de grandes lujos. Ni siquiera tenemos una pantalla enorme de plasma presidiendo el salón. Sólo tenemos una pequeñita que, en teoría, nos regaló el Banco cuando uno de los dos domicilió la nómima pero que, en realidad, nos cobró cuando pocos meses después se quedó sin trabajo.

Somos una pareja bastante austera, que siempre se ha amoldado a las circunstancias. Nos gusta leer, escuchar música, ver películas, comer bien y, sobre todo, viajar. Como véis, no son vicios caros y, sin embargo, no tenemos ni un duro.  Pero no porque seamos culpables (nosotros no hemos creado esta situación), sino precisamente porque somos víctimas. Pese a estar sobradamente preparados, a uno de los dos le han dejado sin trabajo y, al otro, le recortan cada vez más el sueldo.
 
 
Nos quedan dos opciones: o hundirnos en la miseria y amargarnos pensando que cualquier tiempo pasado fue peor o, simplemente, continuar hacia adelante e intentar ser felices, aunque sea, obligados a vivir por debajo de nuestras posibilidades.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario